
Pero por si eso no fuese suficiente hace poco un chico, Julien Du Craine, ha llegado al tranquilo pueblecito de Ashland Fall, guapísimo, arrogante, misterioso además de todo un rompecorazones con pinta de ser muy peligroso, el cual entrara en la vida de Dawn trastornando su tranquilidad.
Se apoyó en la puerta y no me dejó abrirla. Me hubiera costado menos mover a un rinoceronte.
-¡Déjame salir! – exclamé-.¡Tengo clase!
- Te dejaré salir cuando hayamos hablado.
-No tenemos nada de que hablar. ¡Déjame salir! – exclamé intentando abrir la puerta en vano.
-Bueno, pues yo hablo y tú escuchas.
-No hace falta. Ya te he dicho que está todo bien, y ahora déjame...
Julien me levantó como si no pesara nada y me sentó en una mesa.
Me quedé sin palabras.
-¡Cavernicola! – exclamé al fin.
Se acercó lo necesario como para no dejarme escapatoria posible.
-Sentada me escucharás mejor – dijo tranquilo, y se sentó junto a mí quitándose las gafas.
Volvía a tener los ojos claros como el mercurio.
La historia es buena, no es un boom, ni una novela impresionante, ya que el libro es tremendamente sencillito los personajes tienen potencial, el ritmo es ágil, lo cierto es que no le faltan ingredientes para ser un muy buen libro.
Es una lectura breve, perfecta para cuando vamos mal de tiempo, un fin de semana o una temporada de mucho ajetreo... cuando la tarea nos agobia pero no queremos renunciar a leer un buen libro.
Esperamos tenerlo pronto en nuestro país, estaremos atentos a si llega o no, ¡Confiemos en que sí!
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